Taxonomía de Bloom.
La taxonomía de objetivos de la educación más conocida como taxonomía de Bloom, es una clasificación de los diferentes objetivos y habilidades que los educadores pueden proponer a sus estudiantes.
La idea surgió en una
reunión de la Asociación norteamericana en 1948, con el fin de facilitarla
comunicación e intercambio de materias entre examinadores. La comisión
encargada fue liderada por Benjamin Bloom, de ahí el nombre de esta taxonomía, psicólogo
de la Universidad de Chicago. El esquema resultante fue propuesto por este
investigador en 1956 e incluía tres “dominios”: Cognitivo, Afectivo y
Psicomotor.
La taxonomía de Bloom es jerárquica,
esto quiere decir que asume que el aprendizaje a niveles superiores depende de
la adquisición del conocimiento y habilidades de ciertos niveles inferiores.
Cuando los maestros programan
deben tener en cuenta estos niveles y mediante las diferentes actividades,
deben ir avanzando de nivel hasta conseguir los niveles más altos.
TAXONOMÍA REVISADA DE BLOOM
En los años 90, un antiguo
estudiante de Bloom, Lorin Anderson, revisó la Taxonomía de su maestro y
publicó, en el año 2001, la Taxonomía Revisada de Bloom. Uno de los aspectos clave de esta revisión es el uso de verbos en
lugar de sustantivos para cada categoría y el otro, el cambio de la secuencia
de éstas dentro de la taxonomía.
A continuación se presentan en
orden ascendente, de inferior a superior.
Recordar. Aun cuando recordar lo aprendido
es el más bajo de los niveles de la taxonomía, es la base para el
aprendizaje.Ya que cuando aprendes e incorporas conocimientos nuevos es
necesario recordarlos.Recordar o retener se refuerza si se aplica en
actividades de orden superior.
Comprender. Entender el material que se ha
aprendido. Esto se demuestra cuando se
presenta la información de otra forma, se transforma, se buscan relaciones, se
asocia, se interpreta(explica o resume); o se presentan posibles efectos o
consecuencias.
Aplicar. Usar el conocimiento y destrezas
adquiridas en nuevas situaciones.
Analizar. Descomponer el todo en sus
partes, se solucionan problemas a la luz del conocimiento adquirido y razonar.
Evaluar. Enjuiciar (selecciona, critica,
justifica) sobre la base de criterios establecidos, por ejemplo rúbricas.
Crear. Mejorar, optimizar los elementos anteriores y hacer algo original.
Cada una de las categorías o elementos taxonómicos tiene un número de verbos clave, asociados a ella.
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